27 de noviembre de 2011

¿Como ganarse la admiración de Jesús?

¿Alguna vez te has hecho ésta pregunta? ¿Cómo puedo yo ganarme la admiración de Jesús? Es acaso eso posible? Puede una persona común y corriente como yo de alguna manera hacer algo para que Jesús me admire? Bueno, ya se que Él me ama hasta el punto de dar su vida por mi; pero...cómo hacerlo sonreír, cómo hacerlo sentir orgulloso, cómo tocar su corazón y que sienta admiración por una criatura como yo?

Acabo de llegar a mi casa luego de un día complicado: no para de llover, el cielo permanece nublado todo el día y las calles no solo están inundadas sino que están llenas de auténticos cráteres, en uno de los cuales he caído hoy. Luego de todo esto y de hacer una evaluación no tan buena de lo acontecido esta semana y de lo que está por venir, quiero decir que no hay nada mas tranquilizante que hablar con Dios por el camino. Hoy hablamos un poco mientras llegaba a la casa y he terminado con la mente más clara y el corazón liviano.

Estar en éstas condiciones es muy importante porque puedes hacer descubrimientos importantes; cosas que antes no había visto, pero que están a plena luz del día y bajo nuestros ojos.

Acabo de llegar a casa y al hacer un pequeño repaso de las lecturas de la semana veo la respuesta a esta pregunta, tan clara y diáfana delante mío...


Mateo 8,5-11:
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaún, un centurión se le acercó rogándole: "Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho." Jesús le contestó: "Voy yo a curarlo." Pero el centurión le replicó: "Señor, no soy quien para que entres bajo mi techo. Basta que lo digas de palabra, y mi criado quedará sano. Porque yo también vivo bajo disciplina y tengo soldados a mis órdenes; y le digo a uno: "Ve", y va; al otro: "Ven", y viene; a mi criado: "Haz esto", y lo hace."
Al oírlo, Jesús quedó admirado y dijo a los que le seguían: "Os aseguro que en Israel no he encontrado en nadie tanta fe. Os digo que vendrán muchos de oriente y occidente y se sentarán con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos."


Lo decimos en la misa! "Señor, no soy digno que entres en mi casa, pero una Palabra tuya bastará para sanarme..." Ves todas las implicaciones que hay aquí?

Cuando proclamas esta Palabra durante la Eucaristía, ¿tienes presente en tu corazón lo que le estás pidiendo a tu Señor? El centurión estaba pidiendo sanación para su criado. Pero tu? cuál es tu necesidad? Has buscado en la Biblia aquella palabra que Jesús puede pronunciar para ti? Aquella palabra que con solo pronunciarla Jesús, te puede traer sanación a tu cuerpo, o a tu corazón, quizás una bendición en el área sentimental? o una bendición económica que no solo te saque de apuros sino que te permita cumplir tus sueños?

Mi invitación esta noche es a que escudriñes en tu Biblia buscando una promesa del Señor para su pueblo y que pueda ser de ayuda para tu vida. Luego acércate a Jesús lo más que puedas; acércate a su corazón* y habla con él, háblale de tu problema y aferrate a esa Palabra con mucha fe! En la Fe está la clave para ganarse la admiración de Jesús. Pídele al Amado que pronuncie esa palabra para ti y que por la fe que tienes en Él ya todo estará bien.

Te deseo una feliz y bendecida semana.


* La mejor manera de acercarse a Jesús es comiendo de ÉL, comiendo del Pan de Vida



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