Se acerca el 31 de octubre: Ritos, sectas, niños, miedo... Ok. Ustedes ya tienen suficiente de eso. Si no, no esperen de este texto el hartazgo: No se los va a proporcionar.
Y aquí voy: Que por más que usé el disfraz de Superman, nunca llegué a ser el super-hombre; que aunque por muchos años (ni siquiera los he podido contar), usé el económico disfraz de "El Zorro"; vean como se traza la Z en su memoria, nunca aprendí a usar la espada para dibujarla. Nunca aprendí a usar la espada... Quiero decir, ningún disfraz te hará convertirte en lo que representa.
No. No serás fuerte si haces cara de que nada duele; no serás alegre si tienes la sonrisa eterna, a propósito: llora, nunca sabes cuando alguien se puede enamorar de tus lágrimas; no serás santo si escondes tu naturaleza humana tras una falsa imagen de virtud; no serás místico si le dices a la gente cuanto tiempo oras... no.
Y, ¿no es mejor andar con la ropa de uno que con un disfraz?... Y aún, ¿no se siente mucha más libertad cuando se está desnudo? ¿De quién hay que esconderse? ¿A quién hay que mostrarle lo que no eres? ¿Se trata de los amigos? Si es así, cuestiona el uso del término "amigos" para referirte a ellos. ¿Es en la Iglesia? Te digo, si son verdaderos seguidores de Jesús, van a querer cargarte al hombro y entonces querrás apurarte en luchar con tu pecado, para que no les pese tanto la cruz. ¿Es ante Dios? Bueno... si es ante Dios, entonces no sé que estás pensando: No hay nada que esconder, ya todo lo conoce. Y lo que eres: lo que odias y lo que amas, lo que escondes y lo que exhibes, tu Dios lo ama con el Corazón encendido, rebosante... ¡Claro! Por supuesto que Dios quiere que seas mejor, tu Padre quiere que consigas lo que anhelas, pero como eres te ama y preferiría que te quitaras el disfraz para poder ayudarte mejor...
Entonces, ¿Nos quitamos los disfraces?
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